En los tiempos que vivimos, la rehabilitación de la respiración ha adquirido todavía más importancia. Nuestros pulmones trabajan muy duro para proporcionar oxígeno al cuerpo. Por supuesto, conforme pasan los años —o debido a una enfermedad— estos órganos dejan de funcionar como antes. Entre más viejos seamos, mayor será la probabilidad de desarrollar un problema de respiración, lo que afecta la calidad de vida. Por suerte, la terapia respiratoria puede lidiar con ello, fortaleciendo los pulmones y mejorando la salud.
¿Qué es?
La terapia respiratoria ayuda a los pacientes a respirar más fácil por medio de tratamientos que preservan o mejoran las funciones pulmonares.
Los terapeutas especializados en esta área son profesionales de la salud con conocimientos avanzados y equipos de alta tecnología —como ventiladores mecánicos—. Se desempeñan en instituciones médicas, salas de emergencia, pabellones de maternidad y clínicas de rehabilitación. Algunos también pueden ofrecer sus servicios a domicilio.
Estos especialistas ayudan a mejorar la condición de personas con asma, neumonía, enfisema, lesiones pulmonares, etc. Después de evaluar la respiración de la persona, recomiendan ejercicios y monitorean el progreso.
¿Cuándo es necesaria?
Distintas enfermedades pueden afectar la capacidad de respirar. Algunas de las condiciones que pueden requerir terapia respiratoria incluyen:
- Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).
- Neumonía.
- Insuficiencia cardiaca.
- Asma.
- Bronquitis.
- COVID-19: el Síndrome de Dificultad Respiratoria Aguda (SDRA) puede presentarse tras sufrir esta enfermedad.
- Enfisema.
- Fibrosis quística.
- Atrofia Muscular Espinal (AME).
- Parkinson.
- Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA).
- Apnea del sueño.
También suele emplearse tras cirugías en los pulmones, en bebés que nacen prematuramente sin que sus pulmones se hayan desarrollado por completo o cuando hay una lesión que impide a la persona respirar por su cuenta.
Antes de comenzar con el tratamiento, el terapeuta realiza una evaluación que toma en cuenta la salud, el historial médico del paciente y sus síntomas. Es necesario tener un diagnóstico antes de comenzar.
Tipos
Estos son los tipos de terapia respiratoria:
De emergencia
Ocurre en un hospital. Los terapeutas proveen asistencia en la sala de urgencias y ayudan a la gente a recuperarse de una cirugía de corazón o una falla pulmonar. Algunos también están presentes durante cirugías complicadas. Además, una buena parte de este tipo de terapia involucra el uso de ventiladores.
Para adultos
Se puede hacer en un hospital, de forma ambulatoria o en casa. El terapeuta asiste con el cuidado de rutina de pacientes con enfermedades crónicas, como fibrosis quística. Además, está a cargo de programas para ayudar a las personas a dejar de fumar. Este tipo también involucra el tratamiento de enfisema.
La rehabilitación pulmonar ayuda a que estos órganos recuperen su capacidad de respiración después de una cirugía o un evento traumático.
Pediátrica
Se enfoca en niños o recién nacidos con problemas cardiopulmonares. Los terapeutas trabajan en hospitales, sobre todo en la unidad de cuidados intensivos neonatales. Otros ofrecen cuidado ambulatorio para niños o adolescentes con asma.
Geriátrica
Ayuda a incrementar la capacidad respiratoria de adultos mayores. Infecciones del tracto respiratorio, enfermedad pulmonar obstructiva crónica y bronconeumonía son algunos de los problemas que más enfrentan las personas mayores de 65 años, y de ahí la importancia de este tipo de terapia, la cual puede llevarse a cabo en el hospital, de forma ambulatoria o en casa del paciente.
Lee también: La importancia de la fisioterapia después de una cirugía de mínima invasión
Tratamientos
Todos los tratamientos de terapia respiratoria son distintos, pues cada uno se diseña de acuerdo a las necesidades médicas del paciente. Estas son las terapias que puede incluir uno:
- Fisioterapia de pecho: método que libera de mucosidad los pulmones a través de vibraciones.
- Espirometría Incentivada (EI): dispositivo que permite practicar al respirar lenta y profundamente. Los ejercicios ayudan a mejorar la capacidad pulmonar y a abrir las vías respiratorias.
- Aerosol: conocido también como nebulizadores, los tratamientos de aerosol convierten el medicamento líquido en un vapor muy fino que puede ser inhalado. Llevar la medicina directamente a los pulmones de esta manera ayuda a luchar contra infecciones, reducir el jadeo y facilitar la respiración.
- Administración de oxígeno: se puede proveer oxígeno suplementario a pacientes con serias dificultades respiratorias. Cuando es necesario, también se puede hacer uso de ventiladores mecánicos.
La mayoría de los tratamientos duran algunas semanas, mientras que otros más permanentes requieren cambios en el estilo de vida. Para aquellos que padecen problemas crónicos, la rehabilitación pulmonar permite manejar los síntomas y funcionar con mayor normalidad en el día a día.
Referencias: Cleveland Clinic
Bella Vista Health Center
WebMD
Healthline
