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La relación entre el estrés y el dolor de espalda

El estrés suele relacionarse popularmente con el dolor de espalda, pero ¿realmente puede ser causante de la afección? Podría decirse que el dolor de espalda relacionado con el estrés es un trastorno psicofisiológico, lo que quiere decir que los síntomas físicos son resultado de factores emocionales o psicológicos. Entonces, un diagnóstico indicaría que los problemas psicológicos son los responsables o perpetuadores de, en este caso, el dolor de espalda.


¿Cómo identificar si el estrés está causando el dolor de espalda?

La ansiedad, por ejemplo, puede estar causando cambios en uno, que incluyen posturas poco apropiadas para la columna. La inactividad y la hipersensibilidad también son consecuencias de lo anterior, amplificando las molestias en la espalda. El dolor tiende a presentarse en un ciclo: quien lo padece tratará de adoptar ciertas posturas o evitar actividades específicas para aliviarlo, pero estas posiciones y la falta de actividad en realidad podrían exacerbarlo.

Puede llegar a ser complicado diferenciar las causas del dolor de espalda. Muchos médicos creen que la ansiedad no está relacionada directamente con el padecimiento, sino más bien que esta lleva a comportamientos y conductas que contribuyen a la dolencia. La tensión muscular por sí sola puede causar mucho dolor tanto en la espalda baja y alta. Resulta importante entender las causas, pues el tratamiento depende de ello.


Impacto del estrés en la salud de la columna

La mente y el cuerpo están íntimamente conectados. Cuando hay estrés, el cuerpo activa una respuesta. El factor estresante podría ser físico psicológico, el cual es interpretado por el cuerpo como una amenaza para la seguridad y el bienestar de uno. Esto también se conoce como la “reacción de lucha o huida”. Así, el cuerpo inicia una serie de acciones para protegerse.

Durante la respuesta al estrés se liberan hormonas como la norepinefrina, la epinefrina y el cortisol para aumentar la presión arterial, la frecuencia cardíaca y la frecuencia respiratoria. Las pupilas se dilatan y hay más sudor. El propósito a corto plazo de estas funciones es luchar contra la amenaza externa.

Cuando se está estresado, los músculos tienden a tensarse porque el cuerpo siente peligro y se prepara para actuar de inmediato. Pero cuando llega la tranquilidad, los músculos se relajan.


La activación frecuente de la respuesta al estrés provoca picos repetidos de cortisol, por lo que cuerpo se vuelve insensible a este. La disfunción del cortisol conduce a la inflamación inducida por el estrés, y esto aumenta el riesgo de artritis reumatoide, fibromialgia, dolor lumbar crónico, ciática y dolor pélvico crónico.

Aunado a ello, el estrés crónico también puede sobrecargar el sistema nervioso. Este último consta de miles de millones de neuronas —células específicas que permiten el intercambio de información entre el cerebro y el resto de su cuerpo mediante el uso de señales químicas y señales eléctricas—. Además, las neuronas son las encargadas de controlar el movimiento muscular. Un exceso de estímulos puede hacer que se disparen de manera impredecible y causen espasmos musculares, dolor y tensión.

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Factores

  • Biológicos: en personas muy estresadas, la tensión muscular puede ser alta, por lo que el fisioterapeuta puede usar una variedad de técnicas para reducir el dolor y mejorar las funciones. La terapia física es un componente clave del tratamiento. Los ejercicios de fuerza y movilidad, así como el trabajo de respiración, son muy beneficiosos para las personas con dolor lumbar no específico.
  • Psicológicos: cualquier individuo llega a enfrentar altos niveles de factores estresantes en su vida. Las técnicas de manejo del estrés son muy importantes para hacer frente a un estilo de vida de esta naturaleza.
  • Sociales: la falta de satisfacción laboral es un factor de riesgo para el desarrollo de dolor lumbar. Otros que pueden afectar son un bajo nivel económico y la falta de apoyo familiar.


¿Cómo controlarlo?

Estos son algunos consejos para reducir el nivel de estrés:

  • Hacer ejercicio regularmente. Incorporar actividad física en la rutina diaria ayuda a mantener músculos sanos y fuertes. Algunos ejercicios específicos pueden ayudar a fortalecer el core y la zona lumbar para prevenir el dolor de espalda. Lo ideal es consultar con un médico antes de comenzar un nuevo programa de ejercicios.
  • Descansar durante la jornada laboral. Si el trabajo requiere estar sentado todo el día, es vital tomar descansos regulares para estirarse. Caminar permite aliviar la tensión muscular en la espalda. Poner alarmas para recordar los cambios de posición es buena idea.
  • Llevar una dieta balanceada. Es necesario consumir alimentos nutritivos para que el cuerpo esté en un estado óptimo para combatir el estrés. Hay que evitar los que tengan alto contenido de grasas y azúcares, ya que pueden hacer que los niveles de azúcar en la sangre se disparen y provocar todavía más estrés.
  • Meditar. Se ha demostrado que la meditación ayuda a reducir el estrés. Tomarse un minuto para enfocarse en los sentidos puede ser de ayuda.
estrés y dolor de espalda



Tratamiento

El dolor muscular se puede tratar con masajes. La terapia física ayuda a fortalecer los músculos que sostienen la espalda y la columna vertebral, facilitando su funcionamiento eficaz. Esta también puede incluir técnicas de autoconciencia para ser más consciente a la hora de sentarse, estar parado y moverse, esto para mantener una espalda sana.

Referencias: Interventional Orthopedics of Atlanta
Trident Pain Center
Verywell Mind
The Physio Company

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