De los 20 a los 30 años, tu dolor de espalda puede ser atribuido a factores de la vida diaria como permanecer sentado por mucho tiempo, cargar cosas pesadas o hacer ejercicio de forma excesiva.
Después de este rango de edad, las lesiones asociadas con el trabajo, principios de artritis o las condiciones degenerativas son más comunes.
Desafortunadamente, el dolor de espalda es tan común que muchas personas prefieren no atenderlo sin darse cuenta de que podría ser síntoma de una emergencia médica.
Aproximadamente, el 80 por ciento de los adultos experimentan dolor de espalda en algún punto de la vida, de ahí la importancia de identificar los síntomas para diagnosticar el tratamiento correspondiente.
Estas son las señales de que podrías tener un problema en la columna:
Síntomas leves
- Dolor en la espalda baja.
- Dolor punzante que puede irradiarse a las piernas o hasta los pies.
- Imposibilidad de pararse sin sentir dolor.
- Disminución del rango de movimiento y de la capacidad de flexionarse.
Estos síntomas, debido a la tensión o malos hábitos, usualmente son pasajeros durando algunos días o semanas.
Cabe destacar que el dolor se vuelve crónico cuando los síntomas han estado presentes por más de tres meses. Lo mejor es que visites al médico un par de semanas después de que el dolor se desarrolló.
Síntomas que pueden indicar un problema más serio
- Pérdida del control de la vejiga o los intestinos
- Las consecuencias inmediatas después de una caída
- Dolor intenso y constante que empeora por la noche
- Pérdida de peso inexplicable
- Dolor asociado a una sensación punzante en el abdomen
- Presencia de fiebre
- Dolor de espalda severo que no mejora aun descansando
- Dolor que se propaga a una o dos piernas, sobre todo debajo de las rodillas
- Debilidad, entumecimiento u hormigueo en ambas piernas.
También debes acudir al médico si el dolor de espalda aparece por primera vez después de los 50 años, tienes un historial de cáncer, osteoporosis, usas esteroides o has consumido alcohol o drogas en exceso.
Los especialistas también podrían encontrar que tu dolor de espalda es causado por una condición subyacente que no tiene que ver con la columna. Problemas digestivos o en los riñones pueden generar molestias que un paciente asume como dolor de espalda.
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Diagnóstico
Un examen físico usualmente es realizado para diagnosticar el dolor de espalda. En este, el médico pone a prueba:
- Tu habilidad para mantenerte parado y caminar
- El rango de movimiento de la columna
- Tus reflejos
- Fuerza de las piernas
- Tu habilidad para detectar sensación en las piernas.
Si se sospecha de una condición muy sería, estas son algunas de las pruebas que el médico ordenará para poder hacer el diagnóstico:
- Pruebas de sangre y orina en busca de alguna condición subyacente.
- Rayos X para mostrar la alineación de la columna y encontrar alguna posible fractura.
- Resonancia magnética para valorar los discos, músculos, ligamentos, nervios y vasos sanguíneos.
- Electromiografía para probar la condición de los nervios.
Estas señales de que podrías tener un problema en la columna no deben ser pasadas por alto. Encontrar una solución a tiempo podría ser la diferencia entre un problema más severo y una recuperación completa.
Fuentes: Mayo Clinic
Medical News Today
The University of Texas Southwestern Medical Center
Healthline
